Está formada por hombres y mujeres que quieren vivir la fe y el seguimiento a Jesucristo en las condiciones de vida y trabajo del mundo obrero, en los sectores más débiles y empobrecidos, realizando un compromiso evangelizador en su lugar de trabajo, en sus ambientes, en las organizaciones obreras..., participando activamente en su Iglesia diocesana, acercando así la Iglesia al mundo obrero y el mundo obrero a la Iglesia.
Una tarea fundamental de la HOAC es hacer surgir, formar, orientar y sostener militantes obreros cristianos con un proyecto evangelizador. De aquí la importancia que tiene la formación, entendida como el logro progresivo de un modo de ser, de pensar, de sentir, de actuar y de vivir, personal y comunitariamente, profundamente cristiano.
Nuestros planteamientos
La persona, ¿un instrumento de producción?
El trabajo es cada día más escaso y más precario. Las personas son utilizadas como instrumentos de producción cuyo coste hay que reducir al mínimo.
Sin embargo, la persona es lo más importante de todo cuanto existe y sus posibilidades de vida dependen de su trabajo. Las necesidades básicas de la persona: salud, educación, vivienda, descanso... se han convertido en un lujo para muchos trabajadores y trabajadoras y para quienes no pueden acceder a un empleo.
El trabajo debe posibilitar los recursos necesarios para vivir con dignidad y formar una familia.
Hay otra forma de vivir
«Ante la realidad actual, (con tantos conflictos sociales...) se debe ante todo recordar un principio enseñado siempre por la Iglesia: el principio de la prioridad del «trabajo» frente al «capital». [Juan Pablo II: Laborem Excercens, 12].
Convencidos de la dignidad de la persona trabajadora, en la HOAC:
- Queremos construir un proyecto de vida que nos ayude a vivir en libertad: optando por la COMUNIÓN frente al individualismo, por la SOLIDARIDAD frente a la competencia y por el SER frente al tener.
- Queremos compartir la vida con nuestros compañeros y compañeras de trabajo, con nuestros vecinos del barrio... y plantearnos con ellos qué podemos hacer para que nuestro mundo sea más justo y más humano.
- Queremos transmitir el tesoro de la fe en Jesucristo y su Evangelio, clave para la reconstrucción de la persona y el mundo.
¿Cómo lo hacemos?
- La experiencia de sentirte amado por Jesucristo.
- La aventura de vivir esa experiencia construyendo la justicia que brota de ella, procurando que los empobrecidos del mundo obrero lleguen a ser los protagonistas de sus vidas.